El imaginario sobre el escritor, especialmente esa idea del ‘poeta romántico’ atormentado y al borde siempre del suicidio, ha desvirtuado mucho la imagen de lo que realmente es escribir y porqué se escribe. Yo creo que, básicamente, escribimos para ser más felices. Así de fácil.
Soñar en Casa de Porras
Recordé el lunes pasado, durante una inauguración llena de autoridades y algunos discursos, la primera vez que subí, allá por el año 1995, la Cuesta de San Gregorio en busca de un centro de Cultura y arte que, según decía el periódico, tenía la Universidad de Granada en aquella zona del Albaicín bajo. Me costó […]